santero,palero,tarot, vidente, espiritista, Allan - El bryujo santero.
  SANTERIA.
 

  TAROTISTA, VIDENTE, ESPIRITISTA,
PALERO, SANTERO.

ADIVINACIÓN, TRABAJOS, INICIACIONES.


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E-Mail: allan@brujo-santero.com

HOSPITALET, BARCELONA
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 (ESPAÑA - SPAIN).

SANTERÍA.


La santeros o Regla de Osha-Ifá es un conjunto de sistemas religiosos que funden creencias católicas con la cultura tradicional yoruba. Es, por lo tanto, una creencia religiosa surgida de un sincretismo de elementos europeos y africanos.

Presencia Santera.

La santería fue practicada por los antiguos esclavos negros y sus descendientes en CubaPuerto RicoRepública DominicanaPanamáVenezuelaBrasil y lugares con gran población hispana en Estados Unidos de América (FloridaNueva YorkSan FranciscoNueva OrleansLos Ángeles,Miami y San Diego).

Actualmente la religión cuenta con presencia también en EspañaMéxicoHolandaAlemaniaInglaterraFrancia, y otros países en los cuales hay un número considerable de inmigrantes cubanos. En Venezuela, en la región de Caracas es donde se concentra la mayor cantidad de santeros y babalawos en el país pero también se encuentran en CumanáCoro y maracay. En Colombia aunque se encuentra muy oculta, también se tiene presencia de la santería o regla de la osha, especialmente en la ciudad de Santiago de Cali ya hay familias de santeros conformadas por awos y babalawos cubanos, inclusive en la actualidad ya se cuenta con tiendas de artículos para santería.

 La Santería, es la decana , heredera y seguidora de la cultura yoruba , la verdadera continuadora y en sí la que ha enriquecido todos los preceptos de las doctrinas yorubas, es diáspora del legado de los esclavos que llegaron desde Nigeria y por lo tanto del pueblo de Ife , a tierra Cubana.  

La Oración a san Froilan , donde expone y demuestra que dicho santo desde el punto de vista del sincretismo pudiera de una manera muy cierta sincretizarse con la deidad yoruba Osain , lo cual acentúa todo este estudio la universalidad de la teología de la Santería o más bien de la única heredera y decana de la cultura yoruba , es decir, la Santería Cubana.

 

Similitudes entre creencias

Debido a la presencia de esclavos yorubas en Brasil, hay mucha similitud entre la santería de los países de habla hispana y el candomblé de Brasil. Las diferencias se deben a los sincretismos entre los dioses africanos y los santos católicos. Así pues, santa Bárbara es Chango en la santería de Puerto Rico, Cuba y Venezuela pero es Xango en el candomblé brasileño. La santería utiliza los mismos atuendos cristianos, incluyendo la cruz.

Aunque aparentemente hay similitudes , como anteriormente se ha descrito , de la santería de los países de habla hispana, el candomblé de Brasil , realmente Cuba es la decana y donde realmente existe la Santería . De Cuba surge la literatura y los tratados de la Regla de Ocha y de la Regla de Ifa .
 

Etimología

El término "santería" fue utilizado por los españoles de manera despectiva para burlarse de la aparente devoción excesiva que mostraban los seguidores a los santos, en detrimento del dios judeocristiano Yahvéh.

Los amos cristianos no permitían que sus esclavos practicasen sus diversas creencias animistas de África occidental. Los esclavos encontraron una forma de burlar esta prohibición, y concluyeron que los santos cristianos no eran más que manifestaciones de sus propios dioses. Los amos pensaron que sus esclavos se habían convertido en buenos cristianos y estaban rezando a los santos, cuando en realidad estaban siguiendo sus creencias tradicionales.

En algunos países, el término santería sigue siendo despectivo. Los practicantes prefieren utilizar otros nombres, como lukumi (debido a su saludo oluku mi: ‘amigo mío’) o Regla de Ocha.

Este término se ha difundido alrededor del mundo, aunque también con otra acepción: santero es la persona que confecciona las imágenes de los santos católicos.
 

Historia

Cuando se colonizó América, y dado que los europeos no les permitían adorar a sus dioses a los esclavos que venían de África, ellos identificaron sus dioses con los santos cristianos, de esta forma los podían seguir adorando sin que se dieran cuenta sus dueños. La santería aparece ya definida en las creencias occidentales de Cuba en el siglo XIX.

La Santería es una religión que tiene sus orígenes en la tribu Yoruba del África. Los Yorubas vivían en lo que se conoce hoy como Nigeria, a lo largo del Río Niger. En un tiempo tuvieron una poderosa y compleja estructura organizada en una serie de reinos, de los cuales el más importante era Benin. Este duró por 12 siglos hasta el 1896.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los Yoruba pelearon una serie de guerras con sus vecinos y entre ellos. Estas peleas internas y los ataques externos llevaron a la caída y esclavización del pueblo Yoruba. Entre 1820 y 1840, la mayoría de los esclavos enviados desde Benin eran Yorubas. Estos esclavos fueron llevados a Cuba y al Brasil a trabajar en las plantaciones de azúcar. Los Yoruba pronto fueron llamados los "Lucumi", debido a su saludo "oluku mi", "mi amigo".

Las leyes españolas, al mismo tiempo que permitían la esclavitud, trataban de atenuar esa injusticia concediendo a los esclavos algunos derechos, al menos en teoría. Tenían derecho a propiedad privada, matrimonio y seguridad personal. También las leyes exigían que los esclavos fueran bautizados católicos como condición de su entrada legal a Las Indias.

La Iglesia trató de evangelizar a los negros lucumí pero las condiciones eran muy difíciles. Además de la escasez de sacerdotes, la injusticia de la esclavitud dificultaba que los lucumí comprendieran y aceptaran lo que se les enseñaba acerca de Dios. Mas allá de los motivos detrás de la iniciativa evangelizadora, los hombres que promulgaban la fe cristiana entre los esclavos, pertenecían a la misma raza y en muchas ocasiones a los mismos círculos sociales que los esclavistas. El resultado fue que muchos aceptaron exteriormente las enseñanzas católicas mientras interiormente mantenían su antigua religión.

Con el triunfo de la revolución comunista en Cuba en 1959, más de un millón de cubanos se exiliaron en otros países (principalmente en las ciudades de Miami, New York y Los Angeles). Entre ellos había santeros que propagaron la Santería en sus nuevos ambientes.

En sus esfuerzos de esconder su religión africana y sus prácticas mágicas, los lucumís identificaron sus deidades africanas (orishas) con los santos del catolicismo, dando como resultado un sincretismo religioso conocido hoy como la Santería.

La Santería adora una fuerza central y creativa llamada Olodumare. De él procede todo lo que existe, y todo regresa a él. Olodumare se expresa a sí mismo en el mundo creado a través de Ashe. Ashe es la sangre de la vida cósmica, el poder de Olodumare hacia la vida, la fuerza y la justicia. Es una corriente divina que encuentra muchos canales de mayor o menor receptividad. Ashe es la base absoluta de la realidad.

Creen que la vida de cada persona viene ya determinada antes del nacimiento en Ile-Olofi, la casa de Dios en el cielo. Aquellos que no lo cumplen serán castigados por los orishas y deben reencarnarse hasta satisfacer el castigo.
 

La religión

La santería cree en una fuerza o Dios universal del que proviene todo lo creado, llamado Olodumare. La energía de Olodumare es Ashé. Luego están los orishás, que son deidades que gobiernan diversos aspectos del mundo. Los orishás, además, velan para que cada mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su nacimiento.

La identificación de los orishás con los santos más conocidos tiene razones muy simples, que se relacionan con el aspecto o las acciones de los santos:

La santería tiene una jerarquía sacerdotal. Aunque se considera a la Oshá e Ifá como ramas separadas, los máximos sacerdotes de la santería o Regla de Osha-Ifá son los babalawos babalaos, sacerdotes de Ifá y su profeta Orunmila. Luego se encontrarían los babaloshas e iyaloshas, que son santeros con ahijados consagrados. Los Iyalorishas y Babalorishas, santeros que no tienen ahijados. Los Iyawos, santeros en su primer año de consagrados, y por último los Aleyos, que son creyentes pero que aún no han sido consagrados.

Todos ellos son santeros, iniciados mediante ritos específicos, el primero de los cuales es un ritual de purificación y la entrega de cinco collares, representando a Shangó, Obbatalá, Yemayá ´, Oshún y eleggua o recibiendo a los orishás guerreros, que son Elegguá, Oggún, Oshosi y Ozun.que son santos consagrados en otanes [piedras]

Los pilares fundamentales de la religión se basan en el culto a los ancestros muertos (egúns) y en el conocimiento de que existe un Dios único (Oloddumare) y se relaciona con los seres humanos a través de extensiones del mismo, que también son divinidades, a las cuales los yorubas denominaron orishás. Por estas características se considera que es una religión politeísta.

El ebbó o sacrificio para lograr resolver problemas de índole económica, problemas de salud o de estabilidad espiritual está presente en la religión. Y en la adivinación a través de los tres oráculos que componen la religión, el oráculo de ifá (utilizado por los babalawos), el oráculo del diloggún (caracoles) utilizado por los santeros y el oráculo del biagué (coco), utilizado indistintamente por ambos. El sacrificio pueden ser plantas, semillas, metales, animales u otros productos provenientes de la naturaleza, ya que la religión tiene un carácter neo-pagano.

El sacrificio animal ha sido criticado por los medios de masas de las culturas occidentales, sin embargo con el propósito de establecer la diferencia existente entre el sentido de sacrificio hallado en el Antiguo Testamento y en las prácticas santeras, vemos como en el libro de Levítico, específicamente desde el versículo 1 hasta el 7, se relata la historia de cómo un día el dios Yavé llamó a Moisés y le ordenó que le sirviera de mensajero ante los hijos de Israel instruyéndoles detalladamente el método para llevar a cabo los sacrificios propiciatorios en su nombre. De igual manera, Yavé le dijo a Moisés que estos sacrificios, siempre y cuando se hicieran según las disposiciones prescritas, serían bien recibidos por él y, a cambio, los pecados de la persona que ofreciese dicho sacrificio serían perdonados. Pero se entiende ahora que el sacrificio animal ya no es valido en el Nuevo Testamento porque Jesucristo se sacrifico así mismo por la humanidad, cancelando así los sacrificios posteriores.

Evidentemente, y a diferencia de la tradición yoruba, en este pasaje del Antiguo Testamento el sacrificio y el modo en que éste debe llevarse a cabo, ambos, están dados por Dios a los hombres a través de la revelación a Moisés y, en segundo lugar, el propósito principal del sacrificio, según se presenta en dicho pasaje del libro de Levítico, es lograr el perdón de los pecados y en este sentido podemos decir que ya Jesucristo sacrificándose así mismo perdono todos los pecados del hombre, siendo inecesario ahora realizar sacrificios, ya que todos los pecados e incluso los que están por cometerse han sido y serán perdonados.

En cambio, en la santería, el sacrificio de animales está determinado por el rito de la adivinación, lo cual evidencia la existencia de una característica fundamental entre muchas religiones endógenas de África, a saber, la ausencia de una revalación divina y, por el contrario, la persistencia de conocimientos ancestrales que han sido transmitidos a los hombres y mujeres desde los primeros tiempos, aquellos, según los yoruba, en los que la humanidad y los orishá convivían en este planeta. En este sentido, jamás algún animal se sacrifica caprichosamente. Cada sacrificio responde a la solicitud, a través de los métodos de adivinación, de algún orishá o ancestro que requiere de uno o varios animales para poder resolver la situación que la persona consultada quiera solucionar.

Generalmente los orishás y ancestros solicitan que les sea ofrecido uno o varios animales especificando el tipo y el género) en el caso de que la vida o el bienestar de la persona consultada estén en juego. En este sentido, el sacrificio no es un instrumento mediante el cual se pretenda redimir pecado alguno ya que en la santería no existe tal concepto. En la santería ni el hombre ni la mujer son concebidos como depositarios a priori de cierta (s) culpa (s). El sacrificio, según la cosmovisión santera, es la vía mediante la cual puede ser restaurado un proceso o un ritmo que haya sido interrumpido. Los santeros aluden a que cada quien nace con un ritmo específico, un ritmo espiritual en la vida, que no debe ser interrumpido ya que si es así, entonces la persona no podrá realizarse plenamente. Sin embargo, cuando este ritmo ha sido trastocado, por las razones que hayan sido, entonces se requiere del sacrificio de un animal para restaurarlo. La sangre del animal, ofrecida a algún orishá y/o ancestro, es capaz de restaurar dicho ritmo porque ella está ligada directamente a un ritmo en el cuerpo del animal.

Los santeros realizan las ceremonias en sus propias casas, porque la santería carece de templos. Se reúnen en casa o ilés, que al mismo tiempo componen ramas de acuerdo a los primeros fundadores. El santero forma parte de la vida cotidiana del creyente, se convierte en su intermediario con lo sobrenatural, su consejero y su adivino.


 


De acuerdo con la mitología yoruba, un orisháorisá u orichá (en yorubaòrìsà) es una Divinidad hija y manifestación directa de Olóòrun (u Olódumàrè).

Esta religión se ha expandido por todo el mundo en distintas variedades («linajes espirituales»), que incluyen la Santería (Lukumi), Candomblé, y Batuque.Variedades

Estas variedades se practican en muchas áreas de BrasilArgentinaCubaPuerto RicoTrinidad y TobagoEstados UnidosMéxicoUruguayPanamá y Venezuela. A medida que crece el interés en los sistemas religiosos indígenas africanos, se pueden encontrar comunidades Orishá en Europa y también en Asia. Se calculan más de un millón de seguidores de esta tradición espiritual en todo el mundo.

Historia y Doctrina 

Los fundamentos de la religión Yoruba pueden rastrearse en los inicios de la historia africana y lo que actualmente conocemos es un compendio o sincretismo de varios cultos regionales que se han ido fundiendo a través de las distintas corrientes de invasiones y conformaciones de estados. La nación Yoruba tiene sus inicios en la fundación de la ciudad estado de Ile Ife, y al transcurrir los siglos ésta fue expandiéndose hasta absorber los pequeños reinos y estados que la rodeaban. Así, al panteón original de Ile Ife fueron sumándose distintas deidades locales de las naciones circundantes. Según las tradiciones yorubas, Ile Ife fue fundada por un mítico rey llamado Oduduwa, denominado también Obalufe (Rei del pueblo de Ife) y de acuerdo con Ademola Iyi-eweka investigador de la cultura Edo (benin) probablemente Oduduwa sea el mismo Ekaladerhan, un príncipe Edo que escapó de la ciudad de Benín (en Nigeria)a la muerte de su padre para refugiarse en Ilè-Ifè. Sus hijos y descendientes formaron una dinastía de reyes que fueron divinizados y posteriormente transformados en Orisa. Como en las tradiciones griegas antiguas, los Orisas fueron seres mortales que por alguna razón devinieron en seres divinos, deidificados por su pueblo en virtud de actos notables en vida; de hecho, la semejanza entre las leyendas griegas y yorubas son numerosas. Es de mencionar que casi todos los Orisa fueron en vida reyes de la nación yoruba, grandes guerreros y reformadores de la civilización. En cuanto al dogma y doctrina, la religión tradicional tiene sus pilares en la creencia en la reencarnación, en la evolución espiritual de las almas y el descanso final de las almas en Orun (plano o mundo espiritual). Orì, la porción o destello de divinidad que habita en todo ser y que reside en la cabeza, es previo conocedor de su destino y es quien elige dónde y cuándo ha de reencarnarse; al nacer el niño, Ori ocupa su lugar, dándole fuerza a Awa (el alma, que, como en otras religiones, es el soplo de vida y fuerza vital del ser). Una vez vivo el ser, comienza a desandar el camino para cumplir con su destino, camino que puede ser alterado por las osogbo [fuerzas negativas] o irè [suerte o fuerzas positivas]. Dentro de la religión yoruba es fundamental el sistema adivinatorio, que es utilizado para descubrir el destino del consultante, qué inclinación presenta (hacia ire o hacia osogbo)y qué agrados o sacrificios se pueden realizar para corregir esas inclinaciones. La religión yoruba sostiene hoy que es eminentemente monoteísta, siendo Oloorun (dios) el creador y señor del universo, y los Orisas los equivalentes a los santos católicos, intermediarios ante dios de los hombres.

Introducción en América 

La religión yorùbána fue traída al Nuevo Mundo durante el maafa (trata de esclavos africanos) de distintas identidades étnicas de África Occidental. Las creencias religiosas de los yorùbános fueron las más populares entre las expresiones espirituales de las poblaciones africanas de América debido a que un gran número de ellos fueron capturados y vendidos como esclavos.

Es algo difícil de creer, pero muchos sacerdotes yorùbános decidieron ser capturados para ser vendidos y así los africanos tuvieran apoyo espiritual en América.

Panteón Yoruba 

Los yoruba también veneran sus egungun (ancestros).
 

Diloggun:

se le denomina a uno de los sistemas oraculares de la Religion Yoruba, que utiliza el Santero una vez tenga el cuarto Santo entregado y el Obba, Oraculo de adivinacion por el cual hablan los Santos, el Diloggun es la boca de los Santos.

Resumen 

El oráculo del diloggun es utilizado en la religión yoruba o santería para comunicarse a través de caracoles y los igbos con los orishas. Los caracoles que utilizan son 16, los cuales tienen una de sus partes abiertas, cuando esta parte cae boca arriba se dice que habla y por tanto se cuentan la cantidad de caracoles que hablan que corresponden con un signo diferente. O a combinaciones entre ellos que pueden llevar a diferentes recomendaciones y que hablen diferentes Orishas. Se dice con gran frecuencia que Iré es todo lo bueno, que porta buenas noticias, que lleva consigo la fortuna y la dicha para el que se consulta lo cual es cierto, pero hay que reflexionar en ciertas cosas que debemos tener presente. Cuando estamos Iré, es porque se esta viendo el Osogbo a nuestro alrededor, el Osogbo que puede estar sobre nosotros en ese preciso momento o el Osogbo que nos llegará en un futuro. Por otro lado, cuando estamos Osogbo, realmente estamos Iré ya que en el Osogde se va a ver claramente que dicho Osogbo es del cual debemos cuidarnos y entonces que sucede que usted se va a preocupar y va a tomar conciencia con tal de lograr el Iré mediante los Egbó y todo lo que se marque y sin darnos cuenta, estamos manteniendo vivo el Iré que tenemos porque Osogbo es una voz de alerta para todos los seres humanos aunque formen parte o no esta preciosa, intrínseca y profunda Religión.

Signos del Caracol 

El Diloggun o Dilogun cuenta con 16 signos primarios, ellos son:

1. Okana. 2. Eyioko. 3. Oggunda. 4. Iroso. 5. Oshe. 6. Obara. 7. Ordi. 8. Ogbe. 9. Osa. 10. Ofun. 11. Ojuani. 12. Ellila. 13. Merinla. 14. Metanla. 15. Marunla. 16. Merindiloggun.

Dentro de cada uno de estos signos existen 16 signos más que van desde 1-1 (Okana Tonti Okana u Okana Meyi como suelen decirle hasta 1-16 (Okana Merindilogun) y así se repite con cada uno de ellos hasta llegar al 16-16 completando Los 256 Odun u Odus del Diloggun.



 El arte de adivinar en la Regla de Ocha.

 
Existen varios procedimientos adivinatorios dentro de la llamada Regla de Ocha o “Santería”, un culto afrocatólico de amplia difusión en Cuba. Su ejercicio sin embargo, no resulta indiscriminado sino que responde a una escala jerárquica muy bien definida entre los fieles de esta modalidad religiosa.

Así por ejemplo, el obí es el oráculo de que pueden valerse las iyalochas (sacerdotisas) y babalochas (sacerdotes) cuando desean consultar el futuro; bien sea su propio avatar o el de algún cliente.

 El obí es, por así decirlo, el más universal de los procedimientos adivinatorios utilizados dentro de la Regla de Ocha.

El oriaté por otra parte, está autorizado para ejercer la adivinación a través del diloggún , un sistema que emplea caracoles generalmente de origen africano cercenados en su parte superior y que constituye una variante de adivinación más sofisticada amplia y compleja, reservada únicamente a aquellos babalochas que han alcanzado una cierta experiencia dentro de la práctica de la Regla Ocha.

El oriaté es por tanto, dentro de esta manifestación religiosa, “un santero mayor”; lo que le confiere el ejercicio no sólo del oráculo dialoggún, sino del obí además.

Por su parte, el medio más utilizado por los awoses o babalawos (“padre de los secretos” y dignidad hierática superior dentro de la Regla de Ocha) es el conocido por okpele o cadena de Ifá.

La cadena de Ifá consiste en ocho pedazos de corteza de nuez de coco insertados en una cadena.

Cada pedazo ofrece una cara cóncava y otra convexa, distanciados a intervalos iguales y engarzados de tal manera que pueden girar libremente al suspenderse la cadena.

En el acto de “registro” o consulta, el babalawo sostiene la cadena por su porción media antes de lanzarla sobre una estera de manera que los pedazos de coco caigan por su parte cóncava o convexa aleatoriamente. Según la disposición en que caigan éstos, así será el odu o signo del consultado.

Pero si bien el okpele constituye el oráculo más frecuentemente utilizado por los awoses, no es el único al que están autorizados según normas estrictas de la Regla de Ocha.

Otra forma de adivinación empleada es la del tablero de Ifá o upón Ifá, lo que requiere la presencia de varios babalawos en número nunca menor de tres.

Para proceder en esta forma, el babalawo toma rápidamente catorce o quince ikines o nueces de Ifá (frutos de la palma aceitera) de un conjunto de dieciséis que previamente sostuvo en la mano izquierda.

De acuerdo con el número de nueces que queden en esta mano, una o dos, se van marcando I ó II sobre una especie de pizarra conseguida a base de empolvar un tablero con polvo de cascarilla.

Según la combinación de marcas I ó II anotados en el tablero de derecha a izquierda luego de sucesivos pases, así será el signo del consultado.

Para el babalawo la utilización del obí es algo muy incidental, no así el uso del diloggún, al que no están autorizados a pesar de su alta posición jerárquica dentro de la Regla de Ocha.

Según la creencia todos estos oráculos o sistemas de adivinación han sido consagrados por Orula, Orúmila o Ifá, la deidad u Orisha que dentro del panteón yorubá posee el don de la adivinación.

“Todos son efectivos -opina Oshún Coladdé, una iyalocha de casi cincuenta años de práctica en el culto de la Regla de Ocha – la cuestión está en la habilidad que se tenga”.

El asunto sin embargo, no es simple, pues cada signo obtenido mediante la aplicación de algunos de estos métodos puede tener varias interpretaciones.

La explicación de estas “letras”, odus o ikaies, se produce a través de fábulas y mitos que encierran su sentido.

Pero cada uno puede tener varias historias, de manera que su significado varíe o se enriquezca.

En el caso del okpele, el número de combinaciones o signos se eleva a doscientos cincuenta y seis.

Si se considera que por cada uno pueden existir varias historias explicativas, se comprende la habilidad y memoria que debe desarrollar el ejecutante a la hora de manipular este oráculo.

Ahí es donde radica el mérito o sabiduría del sacerdote: “Para descifrar el futuro hace falta tener mucho aché (poder). Si no, la cosa no tendrá su gracia”.

“El obí, no obstante -continúa refiriendo la testimoniante- es el más sencillo de todos, aunque no tanto como piensan algunos por ahí”.

Utilizar el Obí:

 

El oráculo del Obí resulta vastante sencillo, hay largas y complejas operaciones para la liturgia del Obí.

Y es que el nivel de complejidad posible para cada uno de estos oráculos depende en buena medida del oficiante, lo que se llama aché de la persona.


Existe una rica tradición oral sobre cada uno de los Orichas, sus historias, sus acciones, la relación entre ellos y el porqué de su personalidad.  Dichas historias se llaman los "Patakis". Todas estas prácticas espirituales buscan transformar poderosamente la situación de una persona en comunicación afectuosa con sus guías espirituales y con sus semejantes. Este es probablemente el objetivo fundamental de las prácticas dentro de la Regla de Ifá.  Este nombre, o el de Regla lucumí ("amigos" en lengua yoruba), es la designación de la lengua y la cultura de los santeros de origen cubano, que a veces prefieren al de santería, pues este término fue incialmente despectivo.

Como en otras religiones, en la santería existen jerarquías para sus fieles también.  Los sacerdotes, llamados 
Babalawos (Padres de los secretos) y Obás, son quienes pueden celebrar rituales específicos, como el sacrificio de animales, la comunicación directa con los Orichas, la cocina ceremonial, la curación y la adivinación. La iniciación en la Santería es un proceso largo y complejo de purificación interior y revisión de la manera de vivir del iniciado, llamado Iyawó. Cuando el iniciado [novice] completa su proceso, llega a ser santero o santera propiamente, y puede ser padrino o madrina de otros Iyawós.

Los elementos básicos de un ceremonial santero son las ofrendas a los Orichas (el Ebó), las fiestas rituales y el trance místico (posesión o montada). Los Ebós son diferentes trabajos de purificación, sacrificio o expresión de amor y gratitud para los Orichas.  A veces requieren la preparación de un plato específico con un cuidado extraordinario, la abstención de bebidas alcohólicas, la creación de altares, los baños, las velas, la ofrenda de frutas, alimentos, piedras preciosas, etc.  A veces requieren el sacrificio de un animal especialmente consagrado para ese propósito, que se consume luego en los Bembés.

Los 
Bembés son fiestas para celebrar la relación entre los seres humanos y los Orichas.  Incluyen danza, música instrumental y canciones, así como la ejecución de tres tipos de tambor ceremonial (los batá) con ritmos específicos para cada Oricha. Así, la danza de Yemayá imita el movimiento de las olas, la de Ogún el corte con el machete, la de Ochún representa la forma en que ella se acicala frente al espejo, etc. En la música yoruba puede encontrarse el origen de muchos ritmos caribeños contemporáneos.   Al ritmo de los batás, los sacerdotes e iniciados pueden entrar en trance místico.  Un Oricha entra en el cuerpo del iniciado para unirse a la fiesta, honrar con su presencia a los invitados, dar consejos y recomendaciones.

 
   
 
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